sábado, 7 de mayo de 2016

Prerru7eros

Ese fin de semana pasado ha sido perfecto, me he reído más que nunca, y mira que es difícil porque me pongo y no paro. 

He conocido a personas increíbles, únicas en sí mismas, personas capaces de cambiar la realidad de otra. Capaces de hacerse sentir a gusto a cualquier ser humano. 

Personas que con tal de aportar su granito daba igual si era de agua,  tierra o fuego, da igual si era cantando bailando o saltando, todo valía.

 Personas que, viéndolas en sus entornos habituales dirías que jamás podrían estar juntas y "en su salsa" pero te equivocas.

Personas que, aun sólo con un juego de realizar figuras geométricas con los ojos cerrados, conseguían forjar una amistad más fuerte y duradera que aquella que hicieron cuando eran niños. 

Personas que, tan sólo cruzando dos palabras con ellas, te dabas cuenta de que teníais mucho más en común de lo que jamás hubieras pensado, o que con solo una mirada ya te habían ubicado perfectamente. 

Personas con las que apenas compartías una crema hidratante por lo duro que había estado el sol, pero que sólo con eso sabías que podrías contar con ellas en cualquier circunstancia.

Personas que, en el caso de derrumbarte, no te iban a dejar caer; que te hacían sentir cómo en casa.

Personas que se entendían con sólo tocar los acordes de una guitarra.

Personas que dan vida hasta a los campos más secos.

Personas, si, personas, con sus defectos, con sus virtudes, pero todas y cada una de ellas increíbles.

Gracias a todas esas personas, a todos y cada uno de vosotros, a las risas, las sonrisas y las miradas de complicidad. Gracias a los que tocan la guitarra y aquellos instrumentos tan raros como la melódica y unas conchas, sí, las conchas también dan música. Gracias a los abanderados, a los caminantes y fotógrafos, gracias a los melocotones y bailones. Gracias a las danzas africanas y a los juegos en silencio. Gracias por las carreras de sacos, las morsas y las croquetas. Gracias por las improvisaciones y las canciones que jamás me sabré. Gracias a los escritores, los videópatas y los ingenieros. Gracias a los brujos y a los patológicos. Gracias a los vacilones y a los malpensados. Gracias a los vegetarianos y carnívoros. Gracias a las actrices y malabaristas. Gracias a los astrónomos o los que intentan aprender de ellos. Gracias a los guiris y a los que se sienten así aun en su propio país. 

En resumen, gracias a absolutamente todos por hacerme sentir mejor que en casa. 


Ganadora de experiencias y amigos. 

GRACIAS.

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