miércoles, 18 de octubre de 2017

Producto de un sueño

Él.
El de la sonrisa puesta y la mirada perdida.
Perdida en aquellos sueños por alcanzar e historias por escribir.
Él.
El que es más de canciones que de poemas.
Más de alegrías que de penas.
Más de cariño que de pelea.
Él.
Al que le da igual quedarse hasta las tantas 
aunque tenga que madrugar al día siguiente 
y más si es por verte sonreír.
Al que le gusta siempre hacer cosas nuevas y probar.
Él.
El que es más de personas que de cosas.
Más de dar que de recibir
Más de momentos que de regalos.
Él.
El que es más de sentir que de pensar.
Más de actuar que de hablar.
Más de amar que de odiar.
Él.
El soñador empedernido, el aventurero escondido,
el luchador constante, el guerrero presente.
Él.
El que es capaz de hacerlo todo por aquellos que ama,
aunque a él no le quede nada.
Él.
Él es refugio y abrigo en los días más fríos.
Él.
Producto de un sueño, de aquellos que no acaban nunca,
ni siquiera, al abrir los ojos.
Él.

lunes, 2 de octubre de 2017

Vivir sobre ruedas.



Tal día como hoy, hace 22 años, me ponía por primera vez unos patines y daba mis primeros pasos.
Tal día como hoy, hace 4 meses, tras 22 años patinando y 10 siendo entrenadora, colgaba los patines.



Echo la vista atrás y he pasado la mayor parte de mi vida disfrutando de este deporte,
un deporte desconocido o prácticamente desconocido para la mayoría de las personas. 
Un deporte con muchísimas modalidades, para todo tipo de personas.
Un deporte completo con su parte física, parte de fuerza y parte psicológica. 
Un deporte que te enseña compañerismo, en el que se requiere actitud, un deporte en el que se trabaja muchísimos y que algunas personas ni siquiera lo considera deporte. 
Un deporte poco reconocido, ya no solo a nivel de usuario sino de televisión o diarios deportivos.



A día de hoy solo tengo palabras de agradecimiento hacia este deporte y todas las personas que han formado parte de él a lo largo de esta magnífica trayectoria; con mis altos y mis bajos, con mis parones, pero siempre disfrutando al máximo. 



Gracias a mis padres y a mi hermana, los más importantes, por enseñarme y dejarme disfrutar de este deporte, por apoyarme y animarme cuando he tenido una época peor o cuando los ánimos me flaqueaban, por echarme una mano siempre que lo he necesitado, por aguantarme hasta ni cuando yo misma podía, por ayudarme a solucionar mis meteduras de pata y ayudarme a elegir el camino correcto para todo. 
Gracias por levantaros a las tantas de la mañana por mis competiciones y por haberlas aguantado hasta el final (y muchas veces sin protestar) aunque fuesen más de 4 horas para verme patinar 3 minutos. Gracias por haberme introducido en este maravilloso mundo. Os lo debo todo.


Gracias al patinaje, de corazón, por haberme enseñado tanto, por haberme inculcado constancia, paciencia, compromiso, autosuperación, perseverancia, competitividad, disciplina, autocrítica, tenacidad, organización, empatía y miles de cualidades más que me dejo por el camino. Si no hubiese conocido ni practicado este deporte sé de sobra que no sería como soy ahora ni habría conocido ni experimentado todos estas cualidades y muchísimos estados de ánimo. 



Gracias a este deporte por haberme enseñado a ser mejor persona. 
Gracias a todos los entrenadores que me han enseñado lo que sabían y lo que no, he aprendido cosas diferentes de cada uno de vosotros, tanto cosas para imitar, como cosas que sé que no quiero hacer nunca.





Gracias a todas y cada una de mis niñas, de las niñas a las que he tenido el placer de darles clase y transmitirles mi amor por este deporte, mi pasión desde siempre.Gracias a ellas y a sus familias, siempre tan entregados y dispuestos a lo que hiciese falta.





Gracias a mis compañeras y amigas, aquellas con las que he compartido trayectoria. Gracias a las que iniciaron conmigo,  las que se quedaron por el camino y a las que se sumaron más adelante. Gracias por cada entrenamiento, exhibición, campeonato o prueba de nivel, gracias por hacerlas tan entretenidas. Gracias por haber llegado y nunca haberos ido. Gracias por ser compañeras de aventuras y desventuras.



Gracias a mis pequeñas herederas de la familia, os auguro un futuro impresionante en el patinaje, seguir trabajando como hasta ahora. Gracias por haberme apoyado y haberme cogido de referencia, es todo un honor. Gracias a vosotras y a vuestros papis. Gracias familia, por estar siempre detrás.



Tal día como hoy, hace 4 meses, realizaba mi última exhibición (con un maillot diseñado y comprado sólo para la ocasión), después de tanto tiempo subida a los patines, toca bajarse, pisar tierra firme, decir adiós a un deporte maravilloso que ha formado parte de todos y cada uno de mis años hasta ahora. Toca seguir adelante. 



 No será un adiós, será un hasta pronto. 



Vivir sobre ruedas. 

Eterna pasión



Fotógrafa: Mónica Pérez