lunes, 5 de agosto de 2019

Llegas tú.

Y llegas tú,
Como si de la calefacción se tratase en un duro y frío día de invierno.
Como ese pañuelo tan necesario en las tardes que sólo corren lágrimas por mis mejillas
Como ese abrazo cuando acabas de perder a alguien.
Como esa sonrisa cuando más lo necesitas.

Y llegas tú,
Como esa vela que acompaña las veladas más románticas.
Como ese baño relajante para los días más cansados de trabajo.
Como esa manta con la que te cubres en el sofá las tardes más frías.
Como esa mano que te ofrece ayuda para levantarte cuando acabas de caer.

Y llegas tú,
Como una bocanada de aire fresco cuando te sientes ahogado y necesitas respirar.
Como un beso nada más despertar. 
Como un baño en la piscina en los días más calurosos.
Como la sonrisa de unos padres ante su hijo recién nacido.

Y llegas tú, 
Como un rayo de luz en la oscuridad.
Como una palabra de paz en plena guerra declarada. 
Como un plan improvisado en los días de rutina, de trabajo de oficina.
Como ese tren, que llega en el momento exacto y no puedes dejar pasar.

Así llegaste tú.
Como de la nada,
para demostrármelo todo.

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