miércoles, 22 de abril de 2020

Te vi, en todas ellas.

Hoy he visto llorar a unos ojos que deberían ser eternamente felices; cargados de impotencia y frustración.
Pero también he visto como, acto seguido, le sonreías a la persona más frágil.

He visto como una fachada fuerte esconde al más sensible de los hombres. Y como a veces esas fachadas están construidas de cartón.

Hoy he visto como le dabas la mano a un anciano para cruzar la calle un minuto antes de pararte a levantar a un niño pequeño tras su primer tropiezo en la calle.

He visto gritar de sorpresa una boca que siempre había estado cerrada, emanaba felicidad por todos lados.

Hoy he visto como te disculpabas por poner todo tu empeño en hacer algo que no ha encajado como esperabas, mientras que tú ilusión no dejaba de crecer.

He visto como te brillan los ojos al pensar planes con tus cercanos, no puedo esperarme a verlos el día que se hagan realidad.

Hoy he visto jugar a la mentira frente a tu cara, mientras te aseguraban verdades; ojalá te hayas dado cuenta.

He visto como el valor se ha apoderado de tu cuerpo mientras que luchabas por la más mísera diferencia.

Hoy he visto como las injusticias le ocurren a la gente más buena, la que menos se lo merece.

He visto como sacabas fuerzas de hasta donde era imposible sólo por ayudar un poco más, por no darte por vencida ni dejar que lo hagamos el resto.

Hoy te he visto sacrificarte por gente que ni conocías mientras que a cambio no recibías ni un gracias.

He visto que tus ojos esconden cosas realmente preciosas que no quieres mostrar ni en palabras ni en actos por vergüenza, pero ellos no callarán nunca.

Hoy he visto como pisas la vida, con firmeza, con seguridad, haciendo tambalearse hasta el castillo mejor construido.


Jamás había visto tanta bondad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario